Un año más la Universidad de Cádiz conmemora el Día Internacional del Orgullo, que recuerda los disturbios que tuvieron lugar en Stonewall en 1969, los cuales constituyeron un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las personas de la comunidad LGTBIQ+. Lo hacemos por primer vez en nuestros cuatro campus universitarios, poniendo en valor nuestras singularidades, visibilizando a nuestra comunidad universitaria y con entidades del entorno, y a la vez, en conexión con otras 40 universidades españolas comprometidas con esta lucha, las que forman parte de la Red Interuniversitaria LGTBIQ+
Atendiendo a las circunstancias y los debates que se están dando actualmente en nuestro país, hoy queremos recordar a Marsha P. Johnson, activista trans, afroamericana y trabajadora sexual, icono de la lucha del movimiento LGTBIQ+ tras las citadas revueltas; que nunca cesó de denunciar las desigualdades y reivindicar los derechos del colectivo, que y apareció muerta en el Río Hudson en 1992 después de una marcha del Orgullo.
La recordamos a ella en representación de las personas trans que continúan luchando por sus derechos en todo el mundo y, concretamente, este país. Porque en España quienes no encajan en los modelos cisheteronormativos han ido alcanzando derechos importantes; como casarse, desde 2005, o poder cambiar su nombre y su sexo en el registro civil sin tener que someterse a intervenciones quirúrgicas, desde 2007; pero las personas trans aún siguen siendo consideradas y tratadas como enfermas, y deben pasar por durísimo procesos médicos y psicológicos para poder vivir sus vidas siendo quienes son. No obstante, los avances son imparables, a nivel social y a nivel legal, y aunque se siguen poniendo obstáculos desde diferentes frentes, la lucha no parará. Las expectativas son positivas: la libre autodeterminación del género está cerca.
Las instituciones académicas y educativas tenemos que respaldar esta lucha por la diversidad y la equidad, porque la sensibilización y la formación son fundamentales para transformar las mentes, lo que parte sin duda de estudiar y visibilizar las raíces profundas de tales desigualdades, que siguen siendo estructurales. La educación abre la esperanza de la acción, que posibilitará hacer que el mundo binario (el mundo en blanco y negro) se transforme en un mundo diverso (de todos los colores del arco iris).
Con ese objetivo seguirá trabajando la Universidad de Cádiz, especialmente desde la Delegación del Rector para las Políticas de Igualdad Inclusión: acompañando a cualquier miembro de nuestra comunidad que se sienta en situación de desigualdad; visibilizando que la diversidad es lo natural y que la diversidad nos enriquece; denunciando la desigualdad y, en días como este, reivindicando la equidad para todas las personas y, al mismo tiempo, celebrando el orgullo de ser como somos.